Un plan de abonado para cerezo nos indicará la dosis y tipo de fertilizante a aportar en cada momento del cultivo del cerezo. El cerezo no es una especie demasiado exigente en abonado, no obstante tiene unas extracciones de nutrientes que debemos satisfacer para obtener buenos rendimientos, siendo el potasio (K), el elemento de mayor importancia.
Aún sin un análisis de suelo y/o foliar, vamos a dar unas recomendaciones generales que garanticen un correcto abonado del cerezo, objetivo de este artículo.
Sabemos que extracciones de nutrientes del cerezo van a variar en función del rendimiento de la cosecha, la edad de la plantación, si se reincorpora la biomasa al suelo, si hay cubierta vegetal, de la variedad, la época de poda, etc. También sabemos que en la bibliografía no encontraremos dos ensayos con los mismos requerimientos nutricionales.
En este plan de abonado tomamos los siguientes requerimientos del cultivo del cerezo para una producción media de 15.000-20.000 Kg/Ha:
80 UF de N,
40 UF de P205,
120 UF de K20
Para altas producciones; 35.000 kg/Ha, podemos llegar por ejemplo a extracciones de 140-60-190 UF (Kg/Ha). En cualquier caso, es importante ajustar el abonado a la cosecha esperada.
Plan de abonado del cerezo
En la tabla siguiente se muestran las cantidades de abono comercial a aportar, directamente en Kg por hectárea (NPK, Ca, Mg y Fe) para cada etapa del cultivo y mes. Para los lectores más avanzados se detallan las unidades fertilizantes (UF) de NPK aportadas por cada abono y mes.
Productos empleados: Nitrato Amónico, Nitrato Potásico, Nitrato Magnésico, Fosfato Monoamónico, NPK 18-18-18 (triple 18), Quelato de hierro, Materia orgánica liquida, Calcio complejado.
Materia orgánica
Comenzamos nuestro plan de abonado con una enmienda a base de materia orgánica líquida, aplicada en reposo invernal hasta la brotación. Esta enmienda orgánica, además de fertilizar el suelo, mejora sus propiedades, en especial la capacidad de intercambio catiónico (CIC), que hará que los fertilizantes que aportemos durante el ciclo de cultivo se queden retenidos en el suelo y disponibles para la planta. El cerezo tiene una demanda importante de Ca y Mg, por lo que conviene aportar materia orgánica líquida enriquecida con estos dos elementos.
Nitrógeno
El cerezo no requiere demasiado nitrógeno, su exceso provoca un crecimiento vegetativo excesivo, en detrimento de las yemas de flor. El nitrógeno se incorporará durante todo el periodo vegetativo del árbol, desde la floración hasta postcosecha.
Continuando el abonado nitrogenado hasta antes de la caída de hoja, el cultivo obtendrá reservas del nutriente para la próxima campaña. Recordemos que el nitrógeno en forma nítrica (nitratos) se pierde por lixiviación (lavado por lluvias), de manera que siempre se incorporará con el árbol en savia, de nada sirve con el árbol parado.
Fósforo
El fósforo es de vital importancia durante la floración y cuajado de frutos, pero no es un elemento que el cerezo requiera en exceso. A diferencia de los nitratos, el fósforo no se pierde por lixiviación. Sus necesidades se cubren fácilmente mediante la aplicación de fosfato monoamónico (MAP), repartido en tres veces, o en nuestro caso, dos aplicaciones de MAP complementadas con triple 18 (18-18-18), o ácido fosfórico.
Potasio
El potasio es el principal elemento en el cultivo del cerezo, siendo vital para el desarrollo y engorde del fruto. Es imprescindible realizar el abonado potásico correctamente, desde la floración hasta la recolección de la cereza, siendo la demanda mayor durante el cuajado y desarrollo del fruto. El fertilizante escogido por su riqueza es nitrato potásico. Se puede complementar mediante pulverizaciones de potasio vía foliar, que consigue un aumento rápido de la calidad y tamaño del fruto, aunque solo es un tratamiento complementario, no sustitutivo.
Al igual que con los dos elementos anteriores, es conveniente continuar el abonado hasta postcosecha tardía, para que el árbol vaya teniendo reservas de cara a la próxima campaña. Esta segunda fase del abonado, más ligero, recomendamos el abono triple 18, al contener NPK en un solo producto. Recordemos que el potasio tampoco se pierde por lixiviación.
Magnesio
El magnesio es un elemento importante en el cerezo, y a veces el gran olvidado, requiriéndose de al menos 15 UF para el buen desarrollo del cultivo.
La recomendación de abonado para cerezo es mediante nitrato magnésico aportado en pleno verde, cuando el abono potásico nos deje un hueco (abril a julio), y antes de la floración empleando una enmienda orgánica (ácidos húmicos y fúlvicos) enriquecida con Mg y Ca.
Calcio
El calcio es otro de los elementos indispensables para el cerezo, siendo necesarias como mínimo 25 UF, cifra que puede ser superada ampliamente bajo ciertas condiciones. El calcio aporta firmeza al fruto, reduciendo la incidencia del rajado por lluvias. En cereza temprana no es extraño pulverizar cada dos días con calcio para reducir cracking en época de lluvias y fruta en maduración.
El problema del calcio, es que, aun estando presente en el suelo, muchas veces por diversos factores, no está disponible para la planta. Por ello, recomendamos el uso de abono carencia calcio, a aplicar desde cuajado del fruto hasta la recolección.
Hierro
El hierro es el único microelemento que comentaremos en este artículo, dado que el cerezo es propenso a la clorosis férrica, es decir al amarilleamiento internerval de las hojas nuevas. La carencia de hierro da lugar a una falta de desarrollo y disminución de la cosecha. Emplearemos quelato de hierro aplicado al suelo durante el inicio de la brotación para corregir esta carencia.
El aporte de microelementos se llevará a cabo en función de las características concretas de cada parcela o al observar deficiencias nutricionales.