Nos enfrentamos a un fuerte ataque Botrytis en tomate causado por un manejo inadecuado del invernadero. Propondremos dos alternativas: un tratamiento convencional con un fungicida autorizado para tomate que nos garantice una efectividad alta y un tratamiento ecológico para botrytis, para emplear en casos más leves o en fincas de producción ecológica.
En un invernadero de 2000 m2 de tomate, variedad ’Optima’, situado en el sureste de España, han pasado varias semanas con lluvias. El agricultor no ha ventilado bien el invernadero y las plantas han soportado una humedad relativa muy alta, superior al 90%, y temperaturas de entre 15 y 20º C, es decir, el ambiente idóneo para la proliferación de hongos.
Nos encontramos con una infestación bastante grave de Botrytis cinerea en tomate, también llamada podredumbre gris, que ha afectado a frutos, flores, tallos y hojas por igual. El agricultor está recolectando ya los primeros frutos, por lo que le recomendamos que tras esta primera cosecha retire todo el material infectado y aplique un tratamiento fungicida curativo.
Tratamiento químico convencional de botrytis en tomate
Al estar el hongo tan extendido, hemos aplicado tebuconazol al 25% mediante pulverización, que tiene un efecto curativo y erradicante contra Botrytis, a una dosis de 200 g para 2000m2 (1 kg/ha). El tratamiento químico se repetirá a los 7 días, siempre retirando elementos de la planta afectados para evitar la propagación del hongo.
El plazo de seguridad del tebuconazol es de 3 días, lo que significa que no se podrán cosechar tomates hasta mínimo 3 días después del segundo, y último, tratamiento.
Resultado: A los 14 días de la primera aplicación, no se observan zonas con podredumbre gris y se puede reanudar la recolección de tomates. La aplicación del tratamiento curativo de Botrytis en tomate ha permitido minimizar los daños del hongo, con una reducción de la cosecha de tan solo el 10%.
Tratamiento ecológico de botrytis en tomate
En caso de optar por un tratamiento ecológico para botrytis en tomate, o bien de residuo cero, habría que tener en cuenta que en casos graves como el que describimos la eficacia sería algo menor. En primer lugar, hay que anticiparse todo lo posible a la infección con tratamientos preventivos y curativos en primeras fases como productos a base de Bacillus subtilis o de Bacillus amyloliquefaciens, sin olvidar consultar las características del producto, ya que algunos pueden manchar el fruto. En segundo lugar, hay que retirar exhaustivamente todo el material infectado y, por último, garantizar una buena recuperación de las plantas aplicando un tratamiento foliar con un bioestimulante o un inductor antioxidante