A la hora de escoger el árbol frutal que queremos plantar hay que saber que cada especie requiere de una cantidad mínima de agua necesaria para que además de sobrevivir pueda dar fruta de calidad.
Conocer la pluviometría de la zona para elegir la especie frutal es vital, especialmente si no van a existir aportes externos de agua en forma de riego. Es muy importante fijarse no solo en las precipitaciones anuales, sino también en la distribución de las lluvias a lo largo de año, que nos marcará el periodo de máxima precipitación, así como el de periodo de sequía.
Según las precipitaciones medias anuales tenemos en España dos zonas:
– El norte (Galicia, País Vasco, Cantabria), con precipitaciones superiores a los 1000 mm anuales.
– El resto de la península, con 400-600 mm anuales, incluso menos, 300 mm, en zonas de secano de Murcia y Almería, por ejemplo.
Tengamos en cuenta que en el caso de árboles de hoja caduca, como son la mayoría de frutales a excepción de los cítricos, durante el invierno, la cantidad de agua necesaria es muy baja al estar la planta en parada vegetativa, además de que en dicho periodo el suelo normalmente tiene reservas hídricas suficientes. Cuando aumenta la demanda de agua es precisamente tras el invierno con el inicio de la actividad vegetativa y hasta la maduración del fruto, siendo máxima en los meses de verano, momento en el que aumenta la evapotranspiración a la vez que las precipitaciones son muy bajas. En casos de falta de agua en los que tenemos un periodo de sequía claro, escogeremos variedades tempranas que maduren cuanto antes. En este contexto, es de esperar que un melocotón Catherine que se recolecta en la primera quincena de julio requiera de menos agua que un Calanda, que se recolecta a mediados de septiembre.
Otros factores que hacen que un frutal requiera de más agua son: el calibre del fruto, el vigor del árbol y la producción. Evidentemente, las variedades de fruto de menor calibre requieren de menos agua para engordar el fruto. Por otro lado, en condiciones de escasez de agua optaremos por variedades menos vigorosas y que no sean especialmente productivas, así al haber menos fruto, cada uno de ellos recibirá más agua.
Hay diversos patrones, con sistemas radiculares más o menos potentes y que inducen distintas características a la variedad injertada, como rusticidad, precocidad, vigor, resistencia a enfermedades, etc. Un melocotonero injertado sobre ciruelo necesitará más agua que si se injerta sobre almendro, que tiene un sistema radical mucho más potente, pero un almendro injertado sobre almendro (franco) plantado en el norte de España sufrirá de asfixia radicular con mayor facilidad que injertado sobre ciruelo. Cuidado con esto, porque regar en secano, se riega fácilmente, pero evitar que llueva es imposible.
Tanto para plantaciones comerciales como a nivel de pequeño huerto, lo mejor es contactar con un técnico o viverista, porque cada año salen nuevas variedades y patrones, que se adaptan a un sinfín de situaciones. Agrologica dispone de una amplia gama variedades frutales, sobre los que podéis pedir presupuesto y asesoramiento sobre la elección varietal y la combinación de portainjertos (Publicidad).
No debemos olvidar que la lluvia puede también puede acarrear efectos negativos que hay que prever, evitando en la medida de lo posible que las lluvias coincidan con dos periodos fundamentales: polinización-cuajado y maduración-recolección. Una lluvia caída sobre cerezo en el momento de la recolección supone el rajado de los frutos (cracking), hecho que se agrava con las variedades tempranas (Cristobalina, Primulat, Burlat, Early Bigi,…), especialmente si están plantadas a bajas altitudes. Por otro lado, más lluvia significa más humedad, y con ello más hongos, aumentando la frecuencia de los tratamientos fitosanitarios, que si estamos próximos a la recolección muchas veces ni podremos dar. Por otro lado, lluvias más o menos intensas durante la madurez de la fruta, provocan de forma general caída de frutos, especialmente en especies de fruto grande, como el melocotón.
La siguiente tabla recoge las necesidades de agua de los distintos cultivos frutales expresadas en mm anuales. Recordemos que un milímetro de agua equivale a 1 L/m2. Los cultivos están ordenados en función de su resistencia a la sequía.
Pluviometría (mm) | Especie frutal |
Frutales resistentes a la sequia válidos para secano | |
150-200 | Tapenera |
200-300 | Chumbera |
300 | Olivo para aceite |
300-350 | Pistachero |
350 | Almendro |
350 | Vid de vinificación |
350 | Cerezo, albaricoquero y melocotonero tempranos |
350 | Albaricoquero temprano |
350 | Melocotonero temprano |
350 | Ciruelo temprano |
400-600 | Higuera |
450-600 | Nispero |
500 | Algarrobo |
Frutales tolerantes a la sequía. Se recomienda dar riego de apoyo | |
450 | Uva de mesa |
450-650 | Jinjolero (azufaifo) |
500 | Olivo de verdeo |
500-600 | Cerezo, albaricoquero y melocotonero |
500-600 | Peral y manzano |
500-650 | Granado |
600 | Caqui |
600-800 | Grosellero |
650 | Membrillero |
700 | Nogal |
700 | mango |
Frutales sensibles a la sequía, que precisan de riego obligatorio | |
750 | Cerezo, albaricoquero y melocotonero tardíos |
750 | Peral y manzano tardíos |
750 | Aguacate |
750 | Chirimoyo |
800-1300 | Zarzamora |
900-1200 | Cítricos |
1000-1200 | Frambueso |
1800 | Papaya |
2000 | Kiwi |
2500-3000 | Avellano |
Para terminar, señalar que además del agua, otro condicionante fundamental a la hora de diseñar una plantación frutal es la temperatura (horas de frío, calor, y resistencia a bajas temperaturas), aspecto sobre el cual nos centraremos en próximos artículos.