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Elección y plantación de frutales para huerto y jardín. Parte I: Introducción

frutales viveroPrimer artículo de la serie «Elección y plantación de frutales para huerto y jardín» que servirá de ayuda a la hora de comprar frutales para establecer nuestro huerto.

Serán unas nociones sencillas pero con datos concretos desde qué variedades escoger hasta la plantación y primeros cuidados, donde plasmaremos en varios artículos los consejos que damos a diario a nuestros clientes cuando deciden comprar frutales.

A diferencia de una empresa hortofrutícola, que estudia el cultivo que más beneficio le puede reportar y luego realiza la plantación en el sitio más idóneo, nosotros partimos de un terreno, y debemos escoger las especies y variedades que mejor se adecuen al lugar.

Diversas variables van a determinar el éxito o fracaso de nuestra plantación de frutales. Muchas de ellas evidentemente no podremos decidirlas como puede ser la temperatura o las precipitaciones, pero si acertamos en la principal, como es la elección de la especie, y dentro de esta, la variedad, tendremos mucho solucionado.

En la costa valenciana, cansados de ver cítricos, decidimos plantar un cerezo (mejor un par, por eso de la polinización), como si del valle del Jerte se tratase, ya que tenemos capricho de comer nuestras propias cerezas. En pocos años conseguimos un gran árbol de sombra pero raro será que de fruta algún año, y si nos movemos algunos kilómetros hacia el interior podría producir pero sería una cosecha mínima y de baja calidad. La realidad es que el cerezo requiere para florecer de una buena cantidad de frío (horas frío) que en la costa no se producen. Esta especie irá muy bien en Granada a 800 metros de altura, pero no en la costa valenciana. Igual que en Granada a 800 metros no podrían optar a producir naranjas porque se helarían los árboles en invierno.

Esto viene a decir que conociendo las características de nuestra zonas hay que planificar la plantación de forma realista, teniendo en cuenta que gozar de un huerto «multi-especie» no será posible en ciertas zonas de España, pero trabajaremos para aproximarnos lo máximo posible.

Antes de comprar frutales, lo normal es preguntar, leer en internet, etc. Ver lo que tiene plantado el vecino mayor del lugar siempre es una buena alternativa, este nos puede dar muy buenos consejos, aunque también puede que innovemos poco al escuchar cosas como: «¿Almendro? No, aquí se hiela año sí, año también». Lo cierto es que tenemos almendros de floración tardía a día de hoy que posibilitan su plantación en zonas donde hace años no era posible cuando había principalmente Marcona y Desmayo largueta.

La innovación en exceso tampoco es buena consejera, dándose otra posible situación del tipo: «quiero comprar una variedad de cerezo para Almería, a 200m de altitud, porque he visto en un foro que hay una variedad nueva … que con 600 horas de frío trabaja, y aquí algunos años tenemos casi 550». Este comentario es sinónimo de fracaso absoluto por dos motivos:

Cierto que hay cerezos que requieren esas horas de frío, y menos. Tenemos cerezos con tan bajas necesidades en horas de frío que se pueden cultivar en zonas típicamente de frutal de hueso en Murcia, como las recién llegadas Royal Lee, Royal Lynn, y nuevas series por llegar que prometen todavía menos necesidades de frío. La experiencia dice que las horas de frío han de quedar totalmente cubiertas cada año, y si no, van a haber problemas, al menos de cuajado, que a nivel usuario van a ser difíciles y caros de corregir. En Murcia, dentro del excelente proyecto de estudio del cerezo llevado a cabo por el IMIDA, y viendo los buenos datos obtenidos en las comarcas del interior, decidieron ir más allá y probar suerte en Mazarrón, un pueblo del litoral. Aquí ni las variedades de bajas necesidades en frío lograron resultados aceptables.

El segundo contratiempo reside en la figura del obtentor de la variedad. Este señor y con razón, no va a permitir la venta de su invento en pequeñas cantidades. Todas estas variedades nuevas, son exclusivamente para profesionales, vendiéndose en grandes cantidades, y con una serie de documentos de por medio, con información acerca del titular de la parcela, número de árboles, factura de compra, etc., para que en todo momento quede constancia de donde está presente dicha variedad. Esto se formaliza pagando un canon de hasta varios euros por planta, lo que se conoce como royalty.

En una plantación frutales para autoconsumo no hay cabida para estas variedades, además son totalmente innecesarias. Disponemos de un amplio catálogo de variedades frutales tradicionales donde lo que nos importará ante todo es que sean buenas de comer y fáciles de cultivar en nuestra zona, no que produzcan una semana antes o que aguanten mejor el transporte en detrimento del sabor.

Llegados a este punto nos debemos convertir en técnicos, y basarnos en datos reales para diseñar una plantación: tablas de horas frío, fechas de floración y recolección, etc., y compararlos con los de nuestra zona. Estos datos estarán disponibles en este curso sobre «Elección y plantación de frutales para huerto y jardín«.

 

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